Dos asesinatos brutales ocurrieron este fin de semana.
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En Quilicura, un conductor de bus de 62 años fue asesinado en su casa. Los principales sospechosos son tres de sus arrendatarios. El hombre acababa de jubilar y tenía una gran suma de dinero en efectivo, por lo que se investiga un robo. Fueron descubiertos después de que uno de ellos contestara el teléfono de la víctima y porque intentaron quemar ropa con sangre.
Mientras tanto, en Coquimbo, un hombre de 82 años quedó en prisión preventiva. Se le acusa de asesinar y descuartizar a su propio hermano de 75 años. El juez determinó que es un peligro para la sociedad por la frialdad del crimen.