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El fútbol chileno vive realidades opuestas.

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El fútbol chileno muestra dos caras muy distintas. Un joven talento se va a una de las mejores ligas de Europa, mientras un club histórico está al borde de la quiebra. El protagonista de la buena noticia es Matías Pérez, un defensor de 20 años que jugaba en Curicó Unido, en la segunda división. Ahora, dará el salto al Lecce de la Serie A italiana, un movimiento que ha sido destacado incluso por la prensa de ese país.

La otra cara de la moneda la vive San Antonio Unido. El club está ahogado por una deuda de tres mil millones de pesos y prácticamente quebrado. Su presidente, Guillermo Lee, admitió que intentó regalar el equipo, pero nadie se interesó. Según los propios jugadores, la situación es tan grave que no se les pagan los sueldos y han entrenado sin tener siquiera agua. Este contraste deja en evidencia la profunda desigualdad que existe en el fútbol del país.

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