El nuevo Congreso obligará al gobierno a negociar todo.
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El próximo gobierno enfrentará un parlamento muy dividido. Aunque la derecha se fortaleció en las elecciones, ningún sector tiene los votos suficientes para imponer sus ideas por sí solo. Esto crea un escenario donde la negociación será obligatoria para poder gobernar.
La clave del poder la tendrán partidos nuevos y de centro, como el Partido de la Gente (PDG). Sus votos serán decisivos para aprobar o rechazar proyectos de ley. Por esto, el próximo presidente deberá buscar acuerdos constantemente para avanzar, en un Congreso con muchos rostros nuevos y sin experiencia.